El Recuenco

Lugar y manantiales

Las aguas del Ojo se expanden en el Recuenco. Una charca ideal en la que las ranas depositan sus "rosarios" de huevos, una vez llega la primavera.

El Recuenco podría perfectamente formar parte del apartado de las fuentes, en lugar de estar en esta sección. 

Aparte de recibir las aguas que llegan desde el Ojo y aledaños, múltiples surgencias brotan en este lugar, engordando un caudal que muy cerca de aquí, se une al arroyo de la Mostaza.

Sin embargo, es un lugar donde detenerse y que forma parte de otros senderos. Es el inicio o final del Barranco del Ojo.

El Recuenco y sus cercanías. Detrás de ese pequeño monte y junto a esos chopos, traza el camino el sendero que lleva a Valdeperal

Es también un sitio cambiante en donde apreciar verdaderos "vuelcos" paisajísticos. Las estaciones se manifiestan aquí con rotundidad, cambiando el aspecto del Recuenco de forma notable, a lo largo del año.

También la tala periódica de chopos y su siembra posterior para la obtención de madera, supone un cambio casi traumático.

Otra de sus características es la de hallarse a los pies del Mirador de la Cruz.

Así, desde dicha altura contemplamos de frente este recodo en el camino y nos hacemos una composición.

La tierra, borracha de agua, rompe a manar por entre sus entresijos encharcando el Recuenco y alrededores 

En épocas de intensas lluvias pareciera que la tierra no da abasto para absorber tanta agua y la terminara expulsando. Las contiguas tierras de cultivo se encharcan y se llenan de surcos con arroyos que terminan desembocando en el Recuenco.

Antaño estos lugares eran prados que terminaron siendo arados, pero al final siempre el agua vuelve al lugar que le pertenece y cada equis tiempo, vuelve aquí para reclamar lo que siempre fue suyo.

Hace unas décadas también, partía de aquí un camino que bordeando el monte iba en paralelo al arroyo y al otro camino, más transitado.

Había algún colmenar, al que daban servicio este otro camino y llegaba hasta la Tejera, lugar en el que recordemos existía otro de estos colmenares u horno de abejas. Ahora, el desuso y los cultivos, han hecho desaparecer esta alternativa. 

Se pueden contemplar por estos pagos a zorros buscando algún ratoncillo que cazar, patos, perdices, corzos...

También era en el Recuenco, donde en tiempos se establecía un alambique para extraer el aceite de espliego. La abundancia de agua y ser un sitio abierto y con espacio para colocar las gavillas de flores moradas y demás utensilios, facilitaba el realizar esta actividad.

¿Y qué más?

Como en otros lugares de Valdanzuelo, el Recuenco es un sitio ideal donde pasar un buen rato, descansar, relajarse y disfrutar de la naturaleza.

Sin embargo, podría tener un extraordinario valor añadido con unos pocos detalles. Disponer de unas mesas y asientos, junto a unos árboles que dieran sombra. Un mantenimiento sobre los manantiales que permitiera contemplar las surgencias. Unas pasarelas de madera para asegurar el paso entre zonas encharcadas y cauces de arroyos, incluso cavar una zona para el baño y alguna barbacoa, haciendo un merendero como existen en otros tantos pueblos. En cualquier caso y hasta el día en que lleguen esas "mejoras", el Recuenco se sitúa junto a la Quintanilla, La Cruz, El Ojo, camino a la Tejera o Costanilla y enlaza con el llano o los barrancos de Peña Rodá o la Camella

El Recuenco al final del invierno

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